Ni fruta a media mañana ni dormir menos: estos son los dos sencillos hábitos de alimentación para bajar el IMC
‘International Journal of Behavioural Nutrition and Physical Activity’ publica un estudio que aboga por ayunar más tiempo por la noche y desayunar temprano.


En el mundo de la nutrición, se suele apostar por una serie de consejos o mantras ya asentados entre la población para bajar el índice de masa corporal, como cenar pronto o evitar la fruta por la noche. Sin embargo, podría haber otro enfoque diferente para reducir el IMC: ayunar durante más tiempo por la noche y desayunar más pronto.
Así lo confirma un estudio publicado por la revista International Journal of Behavioural Nutrition and Physical Activity, que propone estos dos simples hábitos como efectivos para perder masa corporal. Estos se enmarcan dentro de una nueva área de estudio conocida como crononutrición, que tiene en cuenta no solo aquello que se ingiere, sino el impacto de cuándo se ingiere.
De acuerdo con este estudio, los horarios de las comidas pueden afectar al sistema circadiano y, por ende, al metabolismo, por lo que conviene prestar atención a cuándo es mejor comer en función del sexo y el sueño de cara a mantener a raya el índice de masa corporal.
El trabajo de los investigadores, que analizó los patrones alimenticios, de sueño y de IMC de más de 7.000 participantes en el estudio de entre 40 y 65, reveló que desayunar más tarde y comer más veces estaban asociados a un IMC más elevado. Por el contrario, un ayuno nocturno prolongado se vinculaba con un IMC más bajo.
Hábitos saludables
Las conclusiones de este estudio sugieren que para lograr un IMC recomendable habría que seguir unos horarios más cercanos a los de los países europeos de nuestro entorno, que hacen las comidas, especialmente la cena, mucho más temprano.
Luciana Pons-Muzzo, investigadora del Instituto de Salud Global de Barcelona, apunta: “Nuestros resultados, en línea con otros estudios recientes, sugieren que prolongar el ayuno nocturno podría ayudar a mantener un peso saludable si se acompaña de una cena temprana y un desayuno temprano”.
“Creemos que esto puede deberse a que comer más temprano en el día está más en consonancia con los ritmos circadianos y permite una mejor quema de calorías y regulación del apetito, lo que puede ayudar a mantener un peso saludable. Sin embargo, es demasiado pronto para sacar conclusiones definitivas, por lo que las recomendaciones tendrán que esperar a pruebas más sólidas”, agrega.
Ayuno
Además, estudios recientes han demostrado que mantener al menos 12-14 horas de ayuno nocturno ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina, reducir la inflamación y favorecer la quema de grasa, factores clave para la pérdida de peso y el control del IMC. Dormir temprano y evitar picar en la noche (especialmente alimentos ultraprocesados o altos en azúcares) contribuye significativamente a este objetivo.
Asimismo, las investigaciones muestran que tomar el desayuno en las primeras horas del día, idealmente antes de las 8:30, puede sincronizar mejor el metabolismo con el ritmo circadiano natural del cuerpo. Es decir, el organismo está más preparado para procesar los alimentos por la mañana, cuando nuestras hormonas y sistemas digestivos están más activos. Un desayuno temprano y equilibrado —rico en proteínas, fibra y grasas saludables— no solo proporciona energía sostenida, sino que también reduce el apetito a lo largo del día, previniendo atracones o la necesidad de consumir snacks innecesarios a media mañana (como esa fruta rápida que a menudo pensamos que es ‘ligera’, pero que puede desbalancear los niveles de azúcar si no se acompaña bien).
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí