OPINIÓN

Una crónica gigante

La cuarta promoción del Hall of Fame del baloncesto español añadió nombres históricos en la lista y dejó tras de sí una nueva jornada para el recuerdo.

Una crónica gigante
MIGUEL MORENATTI
Juan Gutiérrez
Subdirector de polideportivo. Ha desarrollado toda su carrera en AS desde 1991. Cubrió dos Juegos Olímpicos, siete Mundiales de ciclismo y uno de esquí, 12 veces el Tour y la Vuelta, seis el Giro… En 2007 fue nombrado jefe de Más Deporte, puesto que ocupó hasta 2017, cuando ascendió a subdirector en las áreas de Motor, Baloncesto y Más Deporte.
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El Hall of Fame del baloncesto español tiene tanta magia que ha conseguido algo inaudito en el deporte mundial: el aplauso a los árbitros. Esta misma gracieta la hizo el primer colegiado premiado en 2021, Miguel Ángel Betancor, y se mantiene inalterada hasta nuestros días, cuando ya han desfilado por esa pasarela Paco Monjas y Vicente Sanchís, de reconocido prestigio internacional. En la cuarta edición, que se celebró anoche en Sevilla, otra vez Sevilla, se aplaudió a mucho más que a un árbitro. En este caso, a una árbitra. Se aplaudió a una pionera en la ACB, a una mujer que derribó muros y abrió camino. A Pilar Landeira.

No fue la única mujer con protagonismo en el Hall of Fame 2024. Tampoco la única pionera. La FEB puede presumir desde hace tiempo de ser la federación con más licencias femeninas. Y eso también se refleja en los galardones. Marina Ferragut y Betty Cebrián integraron la Selección que dio el primer gran oro al baloncesto español, la del Eurobasket de Perugia en 1993. Blanca Ares y Wonny Geuer ya eran de este selecto club. También Pilar Valero, in memoriam. Todas ellas fueron la inspiración para Amaya Valdemoro, Laia Palau, Elisa Aguilar... La actual presidenta federativa creció como jugadora de aquella semilla. Ahora es una brillante gestora. Como lo fue Jorge Garbajosa. Hoy, presidente de FIBA Europa; ayer, campeón del Mundo dentro de la cancha.

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Si repasamos la trayectoria de Garbajosa, entre otros logros, encontramos su presencia en el quinteto ideal de aquel Mundobasket 2006, el mismo donde emergió un joven Marc Gasol, que luego repitió oro en 2019 y hasta ganó un anillo en la NBA, donde también fue nombrado el Mejor Defensor, para desesperación de LeBron James. Los dos, Jorge y Marc, participaron en la edad dorada del basket nacional, lanzada en sus orígenes por gente como Wayne Brabender, un estadounidense que, como Clifford Luyk, echó raíces en España. O como Audie Norris, que no llegó a nacionalizarse, pero siempre ha sido muy querido por estos pagos. Todos ellos lucieron ayer en la noche sevillana. Con Moncho Monsalve en el banquillo. Los nuevos Juniors de Oro, los campeones mundiales de 2023, tomaron buena nota para el futuro. Antoni Daimiel tiene material de sobra para narrar una crónica gigante. Con Drazen Petrovic en la memoria.

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