Baile de balcánicos en la Euroliga
La Euroliga tiene su mercado movido por culpa de jugadores de origen balcánico, de países de la antigua Yugoslavia, sobre todo de Serbia: Micic, Guduric, Avramovic...


Nada más acabar la Final Four de Abu Dabi se desataron las fuerzas del mercado de fichajes en el contexto europeo. Los mejores equipos quieren captar al mejor talento moviendo piezas como mejor sepan. Algunos de los nombres con mayor empaque que se han movido en informaciones de aquí y allá, de los que cambian dinámicas y estructuras, gozan de una particularidad: son jugadores con origen en países de la antigua Yugoslavia. En cualquier otro contexto parecería sencilla la suma, una fuente inagotable de talento da como resultado hombres en el primerísimo nivel, pero estas últimas semanas han sido todavía más protagonistas si nos ceñimos a las incorporaciones de los mejores conjuntos de la Euroliga.
Fuera de este radar contamos con la confirmación por parte de Ergin Ataman de que el Panathinaikos se ha hecho con uno de los mejores. T.J. Shorts jugará en el club verde al menos dos años a unos 2,5 millones por cada uno, prorrogable una campaña más, despidiéndose así de un París en el que logró entrar en el quinteto ideal de la máxima competición europea. ¿Y qué pasaporte tiene? Normacedonio. Un mero ejemplo para ilustrar que hasta ahí llegan los tentáculos balcánicos. Por repasar el éxodo en la capital parisina: Ward, al Olympiacos; Hifi valora sus opciones; Jantunen, al Fenerbahçe; y se ha ido hasta el entrenador, Tiago Splitter, nuevo asistente de Billups en los Blazers.
Ataman anuncia a Shorts a la vez que se decanta por rechazar a Micic, la superestrella a la que entrenó en el Efes y con la que ganó dos veces la Euroliga. El preparador asegura que no hay dinero para todos, aunque por momentos lo parezca en el Panathinaikos, y que debe dejarle ir. La aspiración se convertirá en realidad en el Fener, donde le han encontrado acomodo después de levantar el título a finales de mayo. Menuda manera de rematar la faena. El de Kraljevo necesitará una salida pactada en Phoenix para regresar a Europa, donde podría rozar los cinco millones por curso, y con el club que entrenar Jasikevicius en la posición más ventajosa para firmarle.
Uno por otro en el campeón. Porque Marko Guduric abandonará el barco para irse al Olimpia de Milán y ser la piedra angular de Messina en Lombardía. Un movimiento inquietante el de dejar al equipo con el que acabas de triunfar, una apuesta individual potente del serbio en un equipo de alto presupuesto del que él se va a llevar una buena tajada. Pieza por pieza allí. Guduric llevará el peso que antes portaba el hispanomontenegrino Nikola Mirotic, con destino al Mónaco a sus 34 años. Pero la apuesta de los de Armani, que estrena director deportivo (Daniele Baiesi), se ha partido a la mitad: habían pujado muy fuerte por otro Nikola, Milutinov, en un intento que ha resultado baldío. La grave lesión de Moustapha Fall ha obligado a reaccionar al Olympiacos, que ha puesto sobre la mesa un contrato de tres temporadas y 6,5 millones netos. El pívot nacido en Novi Sad quería quedarse, aunque hubiera pactado un futuro con el Milán e incluso los vecinos del PAO se entrometieran a pescar en río revuelto.
Milutinov no es el único miembro de la selección serbia con el que se ha trabajado de cara al futuro. En la prensa serbia se recoge que Filip Petrusev podría volver de su cesión con plenas garantías, las que le debe ofrecer Bartzokas de que tendrá minutos de calidad, en las dos posiciones del juego interior. Volvió al Estrella Roja para ganarse el pan, egresado de una clase magistral de vida y baloncesto en Estados Unidos, y el Olympiacos le desea recuperar. Para el equipo de Belgrado, que aumentará costes, suena desde Montenegro el veterano Vucevic, en el plantel de los Bulls hasta nueva orden.
Así sería la selección yugoslava en la actualidad
A la espera de cuál será la resolución del caso de Dzanan Musa, natural de Bosnia y Herzegovina, por el que Dubái aprieta en una renovación inconclusa del Madrid (el otro brate, Mario Hezonja, también marea la perdiz) es en los Emiratos Árabes donde también se saca la guita. Para la temporada de debut en la Euroliga de este combinado, fundado en 1998 pero explotado hace bien poco, suenan jugones como Mam Jaiteh (Mónaco) o Justin Anderson (Barça) pero uno es ya el confirmado, aún no integrante oficial, de esa plantilla: el serbio Aleksa Avramovic, de 30 años, procedente del CSKA de Moscú y con experiencia en Partizán, Estudiantes, Unicaja y Varese. Cierre exótico a un baile de balcánicos en la Euroliga que nunca antes se había producido a tal escala.
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