Mateo: “En la Copa nos dieron un baile; nos toca jugar a nosotros”
El entrenador del Real Madrid analiza el momento de su equipo y la semifinal ante el Unicaja, su verdugo en los dos torneos anteriores.
El Real Madrid y el Unicaja inician este miércoles (21:15, Movistar Plus+) su semifinal de la Liga Endesa, un cruce con rango de final, porque ambos disputaron el partido por el título en la Supercopa y en la Copa con sendas victorias malagueñas, aunque los blancos ganaron los otros dos duelos del curso, los de la fase regular. Chus Mateo, entrenador del Real Madrid, ha atendido a los medios este martes después del entrenamiento en Valdebebas. Los blancos vienen de ganar el viernes en Vitoria y el Unicaja, el domingo en el Carpena al Barça.
¿Qué semifinal espera?
El Unicaja viene dando un nivel muy alto desde hace tiempo. Mantiene el estilo y el patrón de juego con el entrenador y los jugadores, varía poco la plantilla y tiene un conocimiento envidiable de lo que quiere. Es capaz de hacer un baloncesto de mucho nivel, de muchos quilates en lo ofensivo con sus recursos tácticos y la calidad de los jugadores y defiende a un gran nivel. Espero una serie durísima. Nos ha ganado dos partidos en momentos importantes y luego ha perdido otros dos, uno en casa y otro fuera. Y de mi equipo espero que estemos juntos y sepamos aguantar los malos momentos, que tiramos todos del carro cuando estos lleguen, que llegarán.
¿La clave de la eliminatoria pasa por el lanzamiento exterior de sus interiores?
En la Copa así fue, nos hicieron mucho daño con los interiores desde fuera. En la Liga aquí solo nos hicieron cinco triples y les vencimos, pero en Málaga metieron 23 y fuimos capaces de ganarles. El tiro es importante, pero hay otros factores. El Unicaja cuenta con jugadores muy creativos como Perry y Carter; con grandes tiradores, incluidos pívots como Osetkowski, Kravish, Tillie, incluso Balcerowski; dispone de jugadores todoterreno que ayudan en muchas facetas como Ejim y Tyson Pérez; tiene aleros tirados que no puedes dejar solos como Kalinoski, Barreiro, Djedovic... Hay que hacer unos básicos muy bien hechos, la defensa del uno contra uno, el rebote, el balance defensivo… Cosas cruciales llevadas a la ejecución más perfecta.
¿El Unicaja es el peor rival posible, una revancha?
Nunca veo el deporte como una revancha, sino como una oportunidad. Hemos de refrendar el momento en el que llegamos, con una buena serie de partidos ganados. Eso nos tiene que dar confianza, sentirnos fuertes por los buenos partidos que hemos hecho recientemente. Toca ahora hacer las cosas muy bien desde el primer minuto.
¿Cuántas vueltas le da a un duelo contra un rival que le ha ganado dos títulos?
Los entrenadores a veces somos tan friquis que lo llevamos todo al extremo y a veces no vemos lo obvio. Siempre que pierdes hay que mover ficha, me gustan los símiles del ajedrez. A veces con blancas o negras y luego cambias. Esa deformación profesional la llevas al extremo y a veces sueñas con lo que vas a hacer al día siguiente. En ocasiones te lo llevas a casa, a veces mi mujer me pregunta si estoy o no. Le estás dando vueltas a cómo meter mano al equipo contrario cuando te ha ganado. Quizá este año estábamos menos preparados en la Supercopa por los cambios en el equipo, pero en la Copa nos hubiera gustado hacer un mejor partido y nos dieron un baile. Vale, eso se acabó y ahora nos toca a nosotros jugar. Nos espera un muy buen Unicaja, pero estamos preparados.
¿Cómo se cambia el chip de una serie de tres a otra de cinco partidos?
El enfrentamiento a tres me parece superpeligroso, me preocupaba mucho. Los cinco partidos dan más ventaja al que ha buscado el factor campo. Hay más margen para reaccionar, pero hay que respetar al rival y el primer partido marca mucho la serie. Hay que empezar muy serio y concentrado desde el primer minuto, hacer las cosas bien, como normalmente las hacemos. Nuestra posibilidad de éxito pasa por una buena defensa. Somos el equipo que deja en menos puntos al rival.
¿El equipo y Tavares llegan más frescos a este playoff que en las dos últimas temporadas?
Soy un poco escéptico, soy como Santo Tomás, me gusta más palparlo, tocar la llaga, ver cómo funcionamos el primer día. Llegamos en buena línea y Tavares llega bien, pero no me gusta abrir la boca antes de tiempo. Me gusta dejar todos estos apriorismos al margen, jugar y no dar nunca nada por hecho. Me gusta la forma en la que llegamos, lo estamos haciendo bien, con buena mentalidad; pero respetamos mucho al rival porque sabemos cómo se las gasta.
De la actual racha, ¿qué es lo que más está disfrutando del equipo?
El momento final, cuando suena la bocina y hemos ganado. Luego vuelvo a casa y me tomo una cerveza y ya. Sufro mucho porque me gusta que salga todo perfecto, aunque luego cuando entro en casa trato de desdramatizar y relativizarlo todo. Cuando perdemos me llevo un gran disgusto. Quiero que sigamos haciendo las cosas con el mismo criterio, las cosas que creo que pueden funcionar. Aún no estamos en disposición de pensar en ganar el título, porque no estamos cerca. Debemos mostrar la paciencia suficiente para hacer madurara las cosas. Quedan 20 días de temporada si Dios quiere y ahora empieza todo. Todo lo que se va a juzgar, entre comillas porque somos buenas persones, como equipo y como deportistas empieza ahora.
En los últimos partidos han coincidido en pista con éxito Andrés Feliz, Hugo González, Usman Garuba y Bruno Fernando, ¿cómo ve su evolución?
La evolución de los cuatro está siendo acorde a lo esperado. Cuando empezaron a jugar todo el mundo tenía mucha prisa en que saliera bien desde el primer día, pero los procesos son eso, procesos. Ojalá que acaben a este nivel. Seguramente, hace seis meses nadie contaba con que pudieran ayudar como están ayudando. Estoy encantado con la confianza que va cogiendo en la dirección Andrés, con los galones de Hugo, sin problemas para tomar tiros importantes, la intensidad que sabíamos que podía poner Usman y está poniendo ahora, y la rotación de Bruno Fernando a Tavares, que quizá hace unos días no era tan esperada. Ojalá siga siendo así hasta el final. Nos queda muy poquito, toca apretar los dientes y no relajarse. Estoy muy contento con ellos, pero no pueden relajarse ni un ápice.
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